La bronquiolitis es la enfermedad del trato respiratorio más frecuente durante los 2 primeros años de vida del niño, sobre todo, en el periodo invernal.
Su origen es viral, siendo el virus respiratorio sincitial (VRS) el causante más frecuente.
El significado exacto de bronquiolitis es inflamación de los bronquiolos, (que son pequeñísimos conductos pulmonares formados por la ramificación de los bronquios).
Os dejamos una breve explicación para que lo entendáis mejor:
Los pulmones están compuestos de bronquios, bronquiolos y alveolos. Los bronquios principales se subdividen progresivamente y van disminuyendo de tamaño hasta convertirse en bronquiolos, unos pequeñísimos conductos por donde pasa el aire.
Forma de contagio:
Se contagia de persona a persona por contacto directo de secreciones nasales (estornudar, taparse con las manos, no lavárselas y tocar la mano de otra persona que se la lleva a la boca o a la nariz) o a través de gotitas de saliva trasmitidas por el aire.
¿Cómo aparece la bronquiolitis?
Aparece un primer síntoma catarral de vías altas (nariz y garganta) y, al menos, 2 o 3 días después aparece la afectación de los bronquiolos (tos, disnea, taquipnea, fiebre e imposibilidad de hacer las tomas de alimento).
La gran mayoría de los lactantes pueden ser controlados en su domicilio, pero hay un pequeño porcentaje que debe ser hospitalizado para su tratamiento.
¿Cómo controlamos la bronquiolitis en casa?
1- Vigilar posibles signos de empeoramiento como la dificultad para respirar, agitación, mal color, pausas de apnea (dejar de respirar), rechazo del alimento o vómitos. Ante la aparición de estos síntomas, se debe acudir a urgencias inmediatamente.
2- Tomar la temperatura varias veces al día
3- Asegurar la toma de líquidos por boca. Si no los tolera, ofrecer pequeñas cantidades frecuentemente.
4- Prohibición de fumar en el domicilio del niño.
5- Si presenta obstrucción nasal, se realizarán lavados con suero fisiológico y aspiración suave de secreciones nasales
6- No acudir a la guardería hasta la desaparición completa de los síntomas.
7- Procurar un ambiente tranquillo, no molestar al bebé con maniobras bruscas. Ponerle ropa cómoda y amplia y no arroparle en exceso
8- La postura del bebé en la cuna ha de ser decúbito supino (boca arriba), con el tronco un poco incorporado, semisentado.
9- La habitación ha de tener buena ventilación, pero sin corrientes de aire , con adecuada temperatura (18-20 ºC)
10- La humedad de la habitación debe estar entre 20-50% de humedad relativa. Es aconsejable comprar un termómetro de ambiente que mida también la humedad del aire.
11- No abusar de humidificadores, ya que empeoran la hipersecreción y la obstrucción de las vías respiratorias. Conectarlo 30 minutos antes de ocupar la habitación y apagarlo al entrar.
12- Una adecuada hidratación para fluidificar las secreciones.
13- Suministrar las comidas fraccionadas para mejorar la respiración.
Después, hablamos de una fase post-aguda, que dura entre 3 y 4 semanas, hasta restablecer una actividad mucociliar normal. Durante este periodo el bebé acumula mucho moco y es aquí donde la fisioterapia respiratoria tiene un papel destacado.
¿Para qué sirve la fisioterapia respiratoria? Y ¿cuándo se aplica?
El objetivo de la fisioterapia respiratoria es evacuar las secreciones, lo cual contribuye a reducir la obstrucción de las vías aéreas, el trabajo ventilatorio y favorecer el intercambio gaseoso. En definitiva, el objetivo es mover los mocos desde los bronquiolos más alejados del pulmón hasta la tráquea para expulsarlos por la boca.
Se trata de una técnica muy eficaz para los niños.